lunes, 31 de agosto de 2009

Nuestro guía semáforo.

Todo se consume, el camino de la historia se convierte en memorias que profundizan nuestras neuronas. Entonces ahora queremos mas, crear nuestra propia historia, cosechando lo ya visto… con los inicios en las manos, inicios que perduraran siempre.
Acomodamos los pasos sobre el crujiente pasadizo de tan ancestrales construcciones, hicimos de ese primer encuentro un vaivén de sugerencias y melosas respuestas. Caímos ante la expresión misma de un mundo veloz que se sobrepuso ante los obstáculos filosos, esta Antofagasta viva que avanza cual caníbal navegante, ahora soportando el contemporáneo mundo; se filtra, sigue avanzando, cruje y sigue avanzando…

Los semáforos en forma de estrellas se confían siempre de iluminar el caos, la subcultura se origina, se mezcla, se pule y homogeniza en los retratos de nitrato. Nuestro pueblo desolado hoy se despierta entre montañas, y nosotros aquí le inundamos de bellas imágenes que en algún tiempo estuvieron enterradas, pero que hoy se deslumbran todas sobre el crepúsculo que les empantana.

Respiremos lo que hoy se desdobla, e invoquemos la escena que debe estar sobre el foco que les inspira buenos tiempos, de cultura y puro oxígeno.

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